¿Qué
hacer con las materias primas?
En
un contexto de boom de precios y creciente resistencia social, los gobiernos de
izquierda de América Latina impulsan y regulan las actividades extractivas.
Pero no hay un programa único y cada país tiene su propia hoja de ruta.
No
podemos ser mendigos sentados en saco de oro. Vamos a desarrollar el potencial
minero del país”. La frase del presidente ecuatoriano Rafael Correa fue
pronunciada en marzo pasado, en ocasión de la firma del primer contrato con una
compañía china para una explotación a gran escala en el país. En diciembre de
2012 había considerado un “infantilismo” la consigna “no al petróleo, no a la
minería” que, declaró Correa, equivale a decir: “Murámonos de hambre, pero qué
bonito paisaje”. Advirtió enseguida que “el peor racismo es considerar a la
miseria como parte del folclore”. Pocos días atrás, Luiz Inácio Lula da Silva,
considerado un líder global tanto como un socio fundador de los gobiernos de la
nueva izquierda latinoamericana, dijo en Buenos Aires que “no es malo exportar commodities
cuando el precio está bien; es malo cuando el precio está bajo”.