El
27 de enero, luego de tres días de amplios debates, culminó en Santiago de
Chile la Cumbre de los Pueblos de América Latina, el Caribe y Europa: Por la
Justicia social, la solidaridad internacional y la soberanía de los Pueblos.
El
evento mundial de movimientos sociales de Latinoamérica y Europa se desarrolló paralelamente a la cita oficial de la Cumbre de la Unión Europea
y de los Estados de América Latina y el Caribe a la que asistieron
representantes de más de 40 países cuyas pretensiones estaban dirigidas a profundizar
las alianzas comerciales y de inversiones.
La
Cumbre de los Pueblos de Santiago se desarrolló en medio de la crisis económica
y financiera mundial por lo que sirvió de referencia para cuestionar sus
distintas dimensiones y los intentos gubernamentales de utilizar la inversión
de capitales europeos en América Latina como un camino de salida a dicho
problema. Por ello se denunció los intereses puramente económicos representados
a través de los gobiernos presentes en la cita oficial.
También
se denunció el carácter de los tratados internacionales como los Tratados
Bilaterales de Inversión (TBI) y los de Libre Comercio (TLC) que se utilizan
para salvaguardar los intereses de las empresas transnacionales para lo cual se
están imponiendo organismos como el CIADI (Centro Internacional para el Arreglo
de Controversias Relacionadas con las Inversiones) del Banco Mundial con
árbitros que fallan a favor de las grandes transnacionales lo que ha hecho que
países como Bolivia o Venezuela hayan abandonado el CIADI.
Los
objetivos del encuentro de mandatarios en la Cumbre de la Unión Europea y la
Comunidad de Estados, pues, tienen mucho que ver con el acceso a las materias
primas imprescindibles para los países ricos y que han provocado
proyectos de mega minería o la construcción de grandes represas en los ríos con
un grave impacto ambiental y social para nuestra región.
Claros
ejemplos son las numerosas luchas de resistencia de miles de personas en Perú
contra los proyectos de minería a cielo abierto como Cajamarca y Cañari, Ecuador contra las extracciones petroleras,
Brasil contra presas de Belo Monte o las de Chile contra las presas en los ríos
Baker y Pascua que quiere imponer Endesa.