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El Estado ecuatoriano también está obligado a desagraviar al Pueblo Sarayaku. |
Los indígenas de la comunidad Sarayaku celebraron el veredicto de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su favor. Los jueces
también condenaron al Estado ecuatoriano por haber autorizado el
ingreso de una petrolera a los territorios de la comunidad indígena sin
consultarles.
Esta comunidad indígena se opuso a las actividades de la petrolera
argentina Compañía General de Combustibles y demandó al Estado
ecuatoriano ante la CIDH por haber autorizado el ingreso de la
petrolera.
El veredicto ha sido calificado de “histórico” por importantes
grupos ambientalistas y la misma comunidad afectada. La CIDH condenó al
Estado ecuatoriano a, entre otras puntos, “neutralizar, desactivar y
retirar los potentes explosivos utilizados para extraer petróleo que
existen sobre la superficie y también enterrados en el territorio del
pueblo Sarayaku”.
La justicia internacional ha dado la razón, pues, a un pueblo
indígena amazónico que, como muchos otros pueblos indígenas de América
Latina y del mundo, vio amenazado su territorio, su vida y su cultura
porque el Estado, le impuso un proyecto petrolero en su hábitat, sin
antes haberle informado y/o consultado, mucho menos logrado su
consentimiento. La actividad petrolera impuesta significó para Sarayaku,
militarización de su territorio, destrucción ambiental, violencia,
persecución, agresiones e incluso el deterioro de elementos sagrados en
su cultura y cosmovisión.
El pueblo de Sarayaku, se encuentra en el curso medio de la cuenca
del río Bobonaza de la provincia de Pastaza, Ecuador, Sudamérica.
El juicio ha durado desde 2003 hasta julio 2012.