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Indígenas panameños rechazan construcción
de hidroeléctrica
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Panamá
no sólo posee su famoso canal. También se enorgullece por su riqueza cultural y
ecológica que es excepcional.
Una
gran biodiversidad es albergada en la selva de los Ngäbe. De igual manera, la
sierra del Tabasará en la provincia Chiriquí es un paraíso para anfibios y
reptiles, entre ellos muchos que sólo se encuentran en este lugar y que están
amenazados de extinción, entre ellos, la rana azul que sólo vive en las orillas
del río que serán inundadas por el embalse.
El
territorio de los Ngäbe está reconocido legalmente por el Gobierno de Panamá
como propiedad colectiva; pero los indígenas no habiendo dado su consentimiento
para el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco se sienten engañados y atropellados. El resultado de sus
protestas: dos muertos y más de un centenar de heridos y detenidos y otros
abusos fueron el triste saldo de las manifestaciones en contra de los proyectos
hidroeléctricos y mineros en el territorio Ngäbe-Buglé.
El
proyecto hidroeléctrico es muy cuestionado por estar vinculado en diversos
actos de corrupción en Panamá. El Estudio de Impacto Ambiental original nunca
se consultó a la población Ngäbe. Tras la concesión, sus responsables
decidieron unilateralmente aumentar el tamaño del embalse sin realizar las
consultas pertinentes ni un nuevo EIA, como requiere la ley.
Por
todo ello se ha organizado una campaña nacional de presión al Banco Estatal de
Desarrollo Alemán DEG para que retire inmediatamente la financiación que ha
concedido al proyecto hidroeléctrico Barro Blanco.
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